Verá, hago esfuerzos
para que el bigote me crezca
lo suficiente
y los ojos reboten saltarines
en las órbitas,
intento pensar en mujeres bonitas
y caminar ágil y flexionando
sin que el habano
se me caiga de la boca
pero es inútil, no me sale,
y es obvio,
porque el ilusionista es usted
para quien lamentablemente un film
no dura toda la vida.
Respecto de su comentario final
permítame decirle, a manera de consuelo
pero sin ninguna clase de suspicacia,
que entre un hombre y una hormiga
me quedo con la hormiga,
especialmente si yo soy el hombre.
¿Un libro merece mejor suerte?
Atentamente, su admirador
Franz Kafka.
Del libro Abrazo Austral de
Juan Carlos Moisés -Argentina-
Publicado en la revista Estación Quilmes
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