Un gran reino vegetal donde se cultiva el trigo,
y en medio de los trigales, nacen espigas de oros,
con sus granos amarillos, engarzados como perlas,
en el cofre mas divino.
Su destino es, ser Dios. Y bien lo saben las espigas,
que alzan su tallos al cielo, para que Él las bendiga.
Unas amapolas rojas, se burlan junto al camino,
se bambolean con el aire, presumidas a rabiar,
y creen ser, reinas, señoras, y dueñas de aquel lugar.
Tienen la cabeza hueca, y así lo van proclamando
pues no no saben la verdad.
Las espigas son las reinas, ellas, damas de adornar,
por eso visten de rojo y negro, solo para destacar.
La verdad que lucen bellas, y logrando enamorar
a los que se fija en ellas, más la vida no es así,
La belleza se marchita, y solo un alma bonita
Será por siempre feliz.
María Ángeles López.
Publicado en el facebook poesiaparaniñodesdecerralbaparaelmundo
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