El día ya se torno
a oscuros colores sin tiempo
todo enmudecido en grandiosos alaridos
ni un solo latido se puede atisbar
como campo de batalla perdida
todo está,
ya no más risas infantiles
ni música poder escuchar
infinidad de páramos yermos nos vienen a mostrar
la destrucción casi total
de lo que en su día fue nuestro mundo
nuestro hábitat
y ya no lo será jamás.
Eva María Villalvilla Orzáez
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