viernes, 11 de enero de 2013

¿Y NO VENDRÁS A MÍ?


¿Y no vendrás a mí, tú, que me adosas
palabras de humedad donde confluyen
deseos y promesas, aleteos
de sedosa blandura en amplitudes
de muslos separados, arrebatos
que entre sábanas tibias se introducen?
No te he visto desnuda, todavía,
pero me hablas en términos que nutren
mi voluptuosidad. Sobre tu cuerpo
tal vez escribes en color y luces
cuanto quieres decirme,
una lista tan larga, sin tabúes,
cuanto aspiras a hacer, o en ti ser hecho,
un día, al requerir que te desnude.
Y yo casi lo leo, como escrito
con jirones de nubes
sobre el ancho y azul vientre del cielo,
que nadie más descubre.
Directo, tu lenguaje
se hace tan convincente…; me sacude,
me retuerce el sentido, y adormece
la voz de otras llamadas, e introduce
tu hambre, tu sed, tu brasa en mis entrañas,
y nos une, nos une.
Tu lecho, abierto ya, mas tan lejano
que casi me destruye.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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