viernes, 18 de enero de 2013

VOY DE LA MANO


Voy de la mano de un pasado extraño

que no se ha producido todavía,
y le doy perspectivas de futuro.
Se considera barco a la deriva,
sin conocer su punto de destino,
ni entender por qué rutas se desliza.

Me brotaban amantes
entre tantas mujeres conocidas,
aunque ellas casi nunca lo supieron,
perdiéndose, sin besos ni caricias,
por silencios cobardes,
en tantos recovecos de la vida.
Hoy, al mirar atrás, veo y lamento
la palabra marchita,
abortada en su espléndida belleza
por absurdo vestigio de atrevida,
aun siendo ambicionada;
el gesto reprimido, que podría
haber sido enlazado
al gesto hermano oculto en la sonrisa;
la mágica elocuencia,
tan mal interpretada, en sus pupilas.

Aún a esta altura de mi edad, las veo
al acecho de cierta iniciativa
que nunca supe producir, y clamo
por regresar al punto de partida.
Restauro cada escena,
y la mente, hoy más hábil, rectifica
la inexperiencia o timidez de entonces,
y ellas lo aceptan casi todo, y vibran
en vínculo conmigo, suspirando
por tantos años de ilusión perdida.

Las sombras del pasado fugitivo
que no supe atrapar, hoy resucitan,
y van conmigo, absortas
en lo que pudo ser. Sólo germinan
tales rosas al fondo de la mente,
mas son casi reales; se respira
su fragancia, resaltan sus colores,
los pétalos, tan suaves, acarician.
Generación floral que ahora renace
con una sola, inevitable espina,
de tan largo paréntesis de tiempo
en que se me durmió la melodía.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-


No hay comentarios:

Publicar un comentario