viernes, 18 de enero de 2013

CASAS DE ARAÑAS


Había un juego que nos apasionaba con mi primo. Encontrar en el jardín de mis abuelos tapitas de casas de arañas. Las sacábamos con un palito y las aplastábamos.
Ese domingo me dijo mi primo “Hoy no. Se murió el abuelo”.
En el dormitorio mi mamá y mi tía trajinaban poniéndole el traje de casamiento.
Nos acercamos a la cama. Una pierna se movió. Mi tía miró a mi mamá. Tomaron una almohada. Le taparon la cara. La pierna dejó de moverse.
Se persignaron y me invitaron a rezar.
Mi abuela jugaba un solitario en la galería.

Del libro Cuentos iberoamericanos MAR PFEIFFER (Argentina)
Publicado en Cuadernos de las Gaviotas

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