VÍCTIMAS EN EL OLVIDO VERTEBRADAS

Hoy han vertebrado una víctima más
la han numerado y colgado de una lista
le han roto el alma y troceado la mente liviana, desintegrada ya no piensa si no es amargura,
a un llanto escondido, condenada,
más se ha aligerado de persona
cuantas más lagrimas ha diluido.

Ayer alinearon a otros partidos
en la columna vertebral de la esperanza,
repartidos los pedazos donde nadie los recoge
reventados de miseria y holganza.

Ayer desfilaban en lontananza a punto de perderse,
hoy son errados en el vértigo de un abismo
donde olvidarlos ya puestos lejanos.

Sus manos no laboran y sus estómagos no sacian
con el errabundo paseo de la discordia
los espíritus son desechados, roídos,
sus manos no laboran tampoco rinde el alma.

Parado en tortura con ceño fruncido
la familia acompaña en conjunto desvelo.
restallan los látigos indiferentes
en la esclavitud de lo desterrado.

Fustiga el látigo cuarteando condición pordiosera las etiquetas sociales condenan
en el olvido de quien fue práctico
para triturarlo en el listado de lo inútil,
y olvidarlo en la cuneta.

No importa ya si llora o se desmaya
del alimento escondido, de la sangre otrora sana
con el fluir de las venas envenenado...sangre mala.
¡Cuidado! Es contagioso, prime cuarentena.

Desfondado el sustento que ni la caridad merece
Son tantos... son tantos... ¡son tantos!
Miserias vertebradas en listas de parados
no merecen palpitación siquiera superviviente,
gracias por los prestados servicios
retire se cuerpo, cadáver, que ya hiede.

Se desparraman en un colchón de tierra nocturna
de día lo muerden, reservas de ira acometen,
devoran un cielo constante, perpetuado,
comen polvo de camino como alzan plegarias
a la intemperie de una fe escurridiza y obligada .

Acaso no sepan rogar, apiadar un dios economista
que prescinde de viáticos y limosnas,
para enriquecer en la ausencia de los pudientes
La injusticia social que les olvida.

Gracias por los servicios prestados,
Aparte su alma, parado, que ya hiede.

Del libro Cuerpos muertos, almas muertas de IGNACIO FERNÁNDEZ CANDELA
Publicado en el blog www.ignaciofernandezcandela