martes, 22 de enero de 2013

¿QUÉ TE DICEN LAS OLAS?


¿Qué te dicen las olas
cuando el atardecer, en claroscuro,
te espolea hacia el borde de la arena,
casi desierta ya de su barullo?
Cerradas las sombrillas,
plegadas las hamacas, al crepúsculo,
han huido los cuerpos bronceados,
y queda sólo, pertinaz, el tuyo,
sentada, no tendida,
contemplando el impulso
de la marea, que tenaz se afana
en llegar a tus pies, lamer tus muslos.
El mar tiene lenguaje complaciente,
sabe hablar en estrépito y arrullo.
A ti nunca te grita,
se te desliza audaz, sin disimulos,
en línea recta, como van los besos,
platónicos o lúbricos.
Le conversas, intensa, sin palabras;
te entiende y te responde; cada impulso
de su marea es léxico
que sólo tú comprendes, en tu mundo
de mujer otoñal, ensimismada
en tan gráfico, férvido discurso.
Te miro desde lejos, no me atrevo
a enturbiar el idilio. Me refugio
en la complicidad observadora
de quien, en cierto modo, es un intruso.
Pero quisiera descifrar las frases
que os cruzáis. Sólo escucho
su parte del coloquio,
idioma extraño, intenso, mas confuso.
La tuya, que tal vez yo comprendiera,
se hace en lenguaje mudo.
Oh, si pudiera hablar cuanto él formula,
y entender tu silencio y sus impulsos.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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