jueves, 10 de enero de 2013

LA TRISTE E INCREÍBLE HISTORIA DE "LA HOGUERA CUBANA" Y SU TÍO DESALMADO


Antes que nada pido disculpas al Gabo por el título. No pensaba dedicar espacio y tiempo en escribir algunas reflexiones sobre la, a esta altura, “famosa bloguera cubana”, Yoani Sánchez. Pero es que los “grandes medios”, por todo el mundo hablan de ella. Incluso, sorpresivamente, ha pasado a ocupar un lugar de prominencia en la SIP.
¿Pero cómo es posible? ¿Cómo es posible que una joven e inexperta escritora -si lo fuera-, pase de buenas a primeras, ocupar la vicepresidencia de una organización internacional.
No. No es por aquello de que “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”. No. Hay otras razones.
Ahora me acuerdo que quiero compartir con los lectores, que tengo un amigo que es albañil. ¿Qué tendrá que ver un albañil en todo esto?, se preguntarán. Pero tiene que ver.
Porque ese amigo mío, Nelson, que no es ningún muchacho joven sino un hombre de más de 60 años,
como yo, tenía cada vez más dificultados para trabajar por problemas en la vista. Es difícil mantener un trabajo a los más de 60 años y peor, si la vista va fallando.
Hasta la llegada de los oftalmólogos cubanos con toda la tecnología (donada a Uruguay por Cuba), las clínicas privadas cobraban, por la operación de cada ojo, unos mil quinientos dólares. Eso era como tres veces lo que ganaba mi amigo en un mes. Miles de uruguayos, en particular gente mayor y de escasos recursos, habían perdido la vista hacía años por padecer de cataratas. Como a otros 30 mil
uruguayos, a mi amigo Nelson lo operaron gratis en el Hospital de Ojos José Martí, que se encuentra ubicado en la periferia norte de Montevideo. Miles y miles de ancianos de escasos recursos se reintegraron a una vida más o menos normal al recuperar la vista. Muchos de ellos pudieron conocer a sus nietos, grandes ya, a quienes no habían podido ver.
Entonces escribo sobre “la bloguera” porque, cómo ignorar, cómo no hablar de ella y de su mal ejemplo, después de conocer, de haber sido testigos de tantas y tantas muestras de solidaridad por parte de Cuba, que resiste y lucha, acosada criminalmente hace más de cincuenta años, por la nación de donde vienen los “asesores” y los dólares que a ella le llegan.
Algunos quizá salgan diciendo ahora que estoy a medio mundo de distancia de Cuba, como para opinar sobre un asunto interno de la isla. Pero es que el asunto ya dejó de ser interno, para tocarnos a todos en todo el mundo.
Porque, ¿dónde, en qué parte del mundo no ha demostrado Cuba su solidaridad? Y lo menos que
podemos hacer los que hemos sentido más o menos cerca esa solidaridad, o simplemente los que nos sentimos honestos, es opinar sobre el hecho, teniendo en cuenta que “el que calla, otorga”.
Un hecho por otra parte que no es tan difícil de analizar.
Los medios de comunicación que existen y se utilizan hoy están al alcance de, sino todo, gran parte del mundo. Y los que tenemos algunos años más –el diablo sabe más por viejo que por diablo-, y conocemos de historia, podemos hacerlo con bastante facilidad.
Yoani es una joven que solicitó para viajar fuera de Cuba y le fue concedido, como a la inmensa mayoría de los solicitantes cubanos en decenios. Llegó a Suiza en 2002, regresando a Cuba dos años después, en 2004. En 2007, se integró a la oposición en Cuba creando su blog Generación Y, para volverse una acérrima detractora del gobierno. ¿Qué pasó? Que estando afuera de su país, de esa isla milagrosa, fue contactada, por su “piquito de oro” como decimos los uruguayos de los charlatanes, por los “ingenieros” de la “inteligencia” yanqui. Ni más ni menos.
Deslumbrada en Europa primero por las cosas que “ofrece” la economía de mercado y ansiosa por tener esas cosas, y “darse dique” (aparentar), con ellas, se vio después deslumbrada por un fajo de dólares, que le ofrecieron “solidariamente”. Luego recibe capacitación y después se llevan a cabo las primeras transacciones para alojar su blog en un “servidor de élite”. El “entrenamiento profesional” es realizado en las embajadas de Europa en Cuba, entre ellas la embajada de Suecia y Holanda, además de la llamada “Sección de Intereses “ yanki.

Carlos Medina Viglielm
Publicado en le revista LetrasTRL 53

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