jueves, 10 de enero de 2013

ENEMIGAS


Me decía que era linda, que mis ojos, que mi porte, que no parecía de trece años.
Elegía mi ropa, cepillaba mi cabello, me peinaba con cintillo y me compró mis primeros zapatos de medio tacón. Insistía que no lo contara nada a “la otra”, que yo era su favorita, que él tenía dos esposas.
Un día, mientras hacía mis primeros intentos en la cocina, me abrazó por detrás, me tomó la cintura, me dio vuelta, y vi sus ojos cerca, muy cerca, antes de que me pincharan los pelos de su bigote en la cara y algo mojado entreabriera mi boca.
Que no dijera nada, decía, que era nuestro secreto.
Sólo cuando al tiempo lo vi haciendo lo mismo con mis dos hermanas menores, comprendí que mi madre no era mi enemiga.


Amanda Espejo -Chile-
Publicado en la revista Con voz propia 52



No hay comentarios:

Publicar un comentario