Durante años
fue la vigilia, para él,
un sueño de horror.
Los días transcurrían como una pena
que debía pagar en las noches.
Sólo una catástrofe, con su manto de nube,
le arrojó al verdadero día y la veraz noche
de los otros, sus habituales enemigos.
Harold Alvarado Tenorio -Colombia-
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