El mal genio proporciona un poder excelso a las personas que saben utilizarlo, como mi amigo Teodoro. Él siempre ha sabido salirse con la suya alzando la voz y violentando a todo aquel que ha osado llevarle la contraria. Pero todo tiene un límite y en esta ocasión me va a oír. Le diré que abra los ojos, que no sea ridículo y deje esos paseos vespertinos al lado de su muñeca hinchable. ¿No se da cuenta que esa mujer no tiene conversación y no le merece? Sí, esto es lo que le confesaré con mucho tiento.
NICOLÁS JARQUE
Publicado en el blog escribenicolasjarque
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