Los días transcurren llevando mi pena,
las noches son jibas de insomnio temoso
y floto en un plasma de acibar garoso
como un inocente de eterna condena ;
un preso que arrastra su férrea cadena
en páramo ardiente, hirviente, brumoso
y acaso el descanso me llama del foso
¡la muerte que quiere brindar su diadema!
Y acaso del fondo de un gris agarena
surcado por dientes de tolva galena
sorbiendo las flamas del lampo sinuoso,
encuentre un adarve altivo y fibroso
y entonces retorne, retórico astroso,
fundido en tu boca, tu cara morena..
Del libro “La rebelión de los verbos” de
Rodolfo Leiro
Publicado en el blog rodolfovirginioleiro
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