Estuve en Alejandría.
Aprendí que el fuego quema conciencias
y no papeles.
Que el viento pasea cenizas de letras y voces.
Que el mar es testigo de lo que no sabemos
y una lanza nos mata todos los días.
Nos hacemos más fuego y menos gente.
Del libro El faro desnudo de
OMAR GARZÓN PINTO -Colombia-
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