Llego a casa de noche. Como cuando era pequeña, la luna me ha acompañado la mitad del camino, sobre la línea tricolor del horizonte, jugando al escondite por detrás de las nubes o entre la cabellera de un árbol deshojado, presumiendo de sus diamantes en los charcos.
MARÍA ISABEL REDONDO
Publicado en el blog palabrasdesdelvalle
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