Caen títeres del cielo y se clavan como semillas de prepo en los jardines del barrio. Desbordan los tanques de agua. Estallan todos los faroles de las calles y forman nubes violetas, suaves y perfectas. Salen ovnis diminutos de los hormigueros más grandes ubicados en el amazonas.
Un ruido superior a la vida se apodera de nuestra conciencia para que seamos felices realmente, o más felices que las cicatrices muertas.
Germinan palabras en mis sesos y me crecen antenas. Ufff… haaafff…, ya me siento más tranquilo y relajado, estoy cada vez más cerca de mi real antepasado.
ALEJANDRO CARRIQUE -Argentina-
Publicado en la revista Gaceta Virtual 65
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