Ibas, cristal, por el agua,
blanca,
como una palabra
que hubiera perdido a destiempo
su garganta.
Ibas, luz, por la roca,
múltiple,
como un grito que, inmenso,
hubiera estallado desde su centro
mismo.
Ibas, innominada, por mi sangre,
absoluta y final,
como una gota
que brilla un instante y se detiene…
Del libor El silencio se estremece de
ANTONIO ABDO
Publicado en Los Cuadernos de las Gaviotas
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