viernes, 12 de octubre de 2012

TRES PASAJES


Cuando la abuela trajo tomates rubios de la verdulería mamá y yo dijimos basta.
—Una cosa es quitarles la piel, los pelos otra. Estos experimentos ridículos acabarán por volverse peligrosos.
Completamos el formulario para exploradores y media hora después teníamos listo el equipaje. Cuando abordamos la abuela sentía miedo pero enseguida comprendió que navegar el universo es lo mismo que hacer un viaje en avión, sobre el océano, en una noche serena. Deducidas las coordenadas de vuelo mamá y yo consultamos los mapas galácticos.
Nuestro lugar de arribo sería uno de los planetas considerados menores, con una especie dominante agresiva, llamado Tierra. Alguien nos había delatado. Ese destino indicaba que cumplíamos castigo de exilio por declaraciones subversivas. Miramos a la abuela, en su inocencia aún disfrutaba observando las estrellas.

Patricia Nasello (Argentina)
Publicado en la revista digital Minatura 121

No hay comentarios:

Publicar un comentario