jueves, 25 de octubre de 2012

SEMILLA


El hombre, sueco o finlandés, no hablaba español, por eso lo llevamos a la comisaría. Quise charlar con él en la sala de interrogatorios y no le entendí una sola palabra. El capitán me había dicho que por el acento debía venir de Suecia o de Finlandia, pero no estaba seguro. Le grité al prisionero que dijese la verdad, que el mundo había sido conquistado por los hispanohablantes hacía setenta años.
Era imposible que un sujeto que se comunicaba mediante lengua extranjera pudiera existir ahora; la revolución idiomática del español había triunfado. Sin embargo, no me comprendía. Deduje que no era ninguna estratagema, el tipo era un extranjero, eso no podía dudarse, pero no tenía por qué hablar un idioma europeo. Los pocos sobrevivientes de los países a los cuales adjudicábamos su nacionalidad habían sido instruidos hacía décadas y hoy usaban el castellano. De súbito, el cabo soltó una idea insólita: ¿qué tal si este forastero viene de otra época? Me reí ante tal ocurrencia. Estábamos en el año 2125, los viajes a través del tiempo nunca se hicieron realidad.
No, no me refiero a eso, dijo el cabo, ¿qué tal si viene del futuro? Puede que en unas décadas algunos suecos o finlandeses encuentren documentos históricos sobre su lengua original y decidan recuperar dicho aspecto de su cultura. Entonces formarían una revuelta silenciosa, cuyo primer paso sería
construir una máquina del tiempo y enviar un espía.
Tienes una imaginación desbocada, le dije.
En ese momento sonó el teléfono.
Sabía muy bien de quién se trataba. Bastante, nervioso, me apresuré a contestar la llamada del Líder
Europeo.
Siguiendo las órdenes, cogí la pistola con rapidez y le apunté al hombre en la cabeza.
Una luz me cegó y paralizó.
¿Podía ser cierto? Que este personaje haya venido a Perú, a esta época, para sembrar la semilla de una gran rebelión.
Antes de desvanecerme di por válida esa teoría.

Carlos Enrique Saldivar (Perú)
Publicado en la revista digital Minatura 121

No hay comentarios:

Publicar un comentario