Quiróptero
de una paciencia extraordinaria
no exenta de crueldad,
sobre todo
con los ajedrecistas y los novios.
Sin embargo
es cordial a las tres menos cuarto
tanto como a las nueve horas quince minutos,
los únicos momentos
en que estaría dispuesto a darnos un abrazo.
Del libro El gran zoo de NICOLÁS GUILLÉN -Cuba-
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