miércoles, 10 de octubre de 2012

PUERTA HACIA EL FUTURO


La fatiga ya me impedía correr, pero no podían atraparme. En aquellos callejones oscuros tenía que escapar de esos policías. Ellos no cesaban de lanzarme rayos paralizadores. Nunca entenderían que el niño había desaparecido por accidente. Yo corría y corría sin parar, y de pronto el pasquín salvador: “Entre aquí y viaje con nosotros al futuro. Ya”. Si ahí estaba mi escape, pues bienvenido.
— ¿Qué tengo que hacer? — pregunté desesperado.
— Solo entre por ese portón.
La oscuridad me dio tranquilidad.
Una aguda voz me preguntó cuántos años deseaba desplazarme.
— Un siglo —impensada respuesta, pero que no tenía marcha atrás. Todo empezó a dar vueltas y vueltas. Hasta que la misma voz anunció: “año dos mil setecientos quince, puede usted salir”— (¡Había logrado escapar!).
— ¿Pedro Veitía Ramírez?—me preguntaron.
— Soy yo.
— Voltee. Queda arrestado por un crimen cometido hace cien años.

Omar Martínez (Cuba)
Publicado en la revista digital Minatura 121

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