Le gusta a la palma ser
verde faro del camino,
siendo para el campesino
un bohío por hacer.
Nubes que quieren llver
borran el color entero
del cielo azul mañanero.
Y la palma sube y sube
pincha su aguja la nube
y revienta el aguacero.
Renael González Batista
Publicado en la revista Carta Lírica 17
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