miércoles, 10 de octubre de 2012

OTRA GUERRA


Por: Esperanza Liñán Gálvez (España)

El tiempo corría en nuestra contra. Habíamos intentado acabar en más de una ocasión con aquella
amenaza, pero los resultados fueron infructuosos. La contienda se estaba prolongando demasiado y
apenas nos quedaban posiciones de defensa.
El ataque fue repelido una y otra vez por un enemigo que empleaba la mejor de las estrategias militares. El miedo se apoderó de nosotros cuando vimos como nuestro capitán había caído muerto cerca de la trinchera donde nos refugiábamos, y era imposible rescatarlo sin perecer bajo la artillería hostil.
Las dudas empezaron a minarnos la moral. Quedábamos pocos, sin nadie al mando y comenzamos a disparar de forma descontrolada. Con ese torpe movimiento, demostramos nuestra debilidad, que unida al poco espíritu beligerante; nos convertía en el blanco perfecto. Tampoco recordábamos nuestra ideología o si la tuvimos algún vez… Me puse al mando y solo encontré una salida, poco importaba ya el patriotismo o el deshonor de la derrota. Pulsé escape y terminé la partida. Mientras apagaba el ordenador, me sentí liberado. ¿Quién necesita otra guerra, aunque sea virtual?

Publicado en la revista LetrasTRL 50

No hay comentarios:

Publicar un comentario