lunes, 8 de octubre de 2012

LO QUE MIS OJOS VIERON


Me levanté de golpe con ese presentimiento de que algo iba mal.
Como de costumbre me puse mi uniforme y me asomé a la calle, los coches volaban transportando a la gente a su trabajo. Conecté el robot multiuso para que iniciara su labor doméstico y fui a despedirme de los niños. Para mi desgracia Jonás no estaba en su cuarto ni en ningún otro espacio de la casa, había desaparecido. Examiné la habitación con el pánico en la sangre y observé la ventana abierta y restos de
barro en el suelo, se lo habían llevado.
Puse en marcha el mayor operativo, todos querían ayudarme. Mi casa se convirtió en un cuartel de policías dispuestos a encontrar a Jonás con los mejores avances tecnológicos.
Comencé a percibir un asqueroso olor a cigarrillo, una humedad como de estar en un sótano, apenas sentía la luz. Oía el ruido de trenes en cercanía y aviones.
El equipo se puso en marcha estaba entre la estación de tren y el aeropuerto, no había otro sitio que unos viejos almacenes que por allí rondaban. Le destaparon los ojos y vi a dos secuestradores para mi sorpresa uno era su propio padre. Pude sentir su miedo y a la vez su valor. En lo que me llamaban pidiendo recompensa los policías le rescataron. Jonás en casa al fin, perdiendo a un padre que acabó
preso por avaricia junto a su ayudante.

Texy Cruz -seud. - (España)
Publicado en la revista digital Minatura 121

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