LA CRÓNICA DE UNA EXTINCIÓN ANUNCIADA

Saltaron todas las alarmas, y en menos de cinco segundos, varias patrullas acudieron al foco del problema: un ordenador central auxiliar se debatía entre la vida y la muerte. Los dispositivos presentes trataron de reanimarlo, sin suerte, al mismo tiempo que examinaron la escena. Destacaban unos fusibles esparcidos por el suelo y unos cables cortados. No se atrevieron a dictaminar un veredicto hasta la llegada del Inspector Jefe. Cuando este se presentó, requirió el informe y realizó el procesamiento de los datos mientras utilizaba la línea secreta para contactar con su superior.
—Señor, ha vuelto a actuar y esta vez no voy a poder protegerlo.
Recibido el mensaje, al otro lado una vieja computadora enviaba una señal de otra época a una desbaratada tableta para que emitiera el siguiente mensaje:
—Webmaster, le advertí que debía controlar sus impulsos humanos si quería seguir viviendo. Ahora se acabó, ya no puedo hacer nada por usted. Es hombre muerto.

Nicolás Jarque Alegre (España)
Publicado en la revista digital Minatura 121