sábado, 27 de octubre de 2012

EL ARTE DE MC CONNELL SALE DEL CORAZÓN


Antes de que el Sida fuera Sida, la pintura de Mc Connell es inmediata consecuencia de este entramado de crueles realidades, puesto al caso. Sus escenas tienen una impronta de crítica acre y morroncha a esa carnicería cultural y tropeles de almas torturadas tan queridas y deseadas por todas las religiones, en especial la católica.
Influenciado por el pesimismo de James Ensor, pintor belga que participó en los movimientos de vanguardia, y el acto intuitivo de Alice Neel, pionera entre las mujeres artistas y una de las más grandes pintoras norteamericanas, y su sentida admiración por Georges Rouault, pintor francés fauvista y expresionista, transgrede las líneas de la pintura, se sale del cuadro y trae el personaje al lienzo, construyendo los “cartones” calientes de las estaciones de la ira, su ira, en emocionantes y enigmáticas figuras que nos emocionan.
“Yo uso el instinto y el suceso. Este es el camino para permanecer despierto. Me mueve el drama”, dice Mc Connell. Y, de este modo, en sus cuadros siempre figuran el pueblo, sus gentes, el amor y el dolor. Sus payasos son para él símbolos de una patética esperanza en el desierto de la vida, en un mundo sin simpatías. Sus retratos de amigos gays y solterones poseen un respeto exquisito y sensitiva honestidad. Sus trabajos son homenaje a la vida de las personas que representa, sin dejar la confrontación directa con la sociedad que le rodea, sino no sería un Artista.
Mc Connell dibuja y pinta figuras esquelé􀆟cas, fantasmagóricas, con máscaras y capuchas, y esto, en especial, para tirar por tierra los símbolos que animan el cuerpo social como pueden ser el Papa, los nazis, Adán y Eva. Se ríe del catolicismo y su falso evangelio en las parodias de Jim y Tammy Faye Bakker y critica a los políticos corruptos que no saben otra cosa que hacer sufrir al pueblo y chuparle la sangre como sanguijuelas.
“El Arte es una lucha, y siempre lo ha de ser”, dice. El cubre las paredes de su casa con su arte y el arte de sus amigos, siempre con la esperanza de conseguir la salvación de la pasión y el amor a través de la consolidación del acto creador del Sida. “Yo tengo que decir como acto consolador que muchos de mis amigos murieron de Sida mientras lucharon contra la discriminación; y son la mejor referencia en este mundo en que lo gay y homosexual tiene la misma moral que lo heterosexual”, nos dice.
Mc Connell, de Chelsea, cercana a Boston (USA), y su mensaje gay de amor será gay o no será. Que así lo predicaron los curas, los gurús y los místicos aunque fueran maestros del engaño y la impostura y en su mensaje,¡malditos¡ dijeran lo contrario. Por ello, la homofobia institucionalizada e internacionalizada le duele en el corazón. La gente habla de solidaridad, pero no sabe un ápice de amor. Su “Sacrificio del Celibato” es un grito contra la doble moral que impera. Su “ San Sebastián” es un homosexual de categoría hecho con amor y para amar.
“Yo puedo hacer en mi vida lo que quiera, menos destruirla”, nos replica. Su pintura surge de un sueño con la premura de un amor hecho realidad. Un amor desamado e ignorado por la Escuela Museo de Bellas Artes de Boston y olvidado y desconocido por la gran mayoría, siendo él como es uno de los mejores pintores contemporáneos. El mueve sus pinceles por el Sida y combate contra el silencio y la opresión, contra la hipocresía de todas las religiones, en especial la católica. Mc Connell no se define anticlerical, pero sí se aparta de una iglesia que no cree en Jesús, quien para él no es más que un radical. Abiertamente se declara gay y le duele y mucho el separatismo existente en las comunidades gay y homosexual. Cree a pies juntillas que lo gay prevalecerá sobre lo heterosexual. Por eso lucha contra el “divide y vencerás” institucional, sabedor de que el enemigo a batir son la sociedad racista, la homofóbica, y la antisemita.
El es realista, no cree en utopías. Su pintura y su amor estarán siempre en las barricadas gay. Dibujará una analogía de los derechos civiles y dirá: “ha pasado mucho tiempo desde la muerte de Martin Luther King Jr., y el progreso social es sólo simbólico”.Pero él tiene otra esperanza y la refleja en sus cuadros, y es que “al principio era el Verbo y el Verbo se hizo Gay”. “De la comunidad gay, nos dice, saldrán los educadores del mundo y no los sectarios de todas las religiones que sólo producen muerte a la cultura y depredación del amor”
Impaciente, se irrita por no lograr lo que desea, y cu cuadro “ No Escucha, No Mira, No Habla” es la cruda verdad de esta realidad que nos habita.

Daniel de Cullá
Publicado en la revista LetrasTRL 51

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