viernes, 13 de julio de 2012

¿Y SI AL MORIR NO NOS ACUDEN ALAS?


A José Lezama Lima

No es que seas de un ángel penitente
el vuelo vago, la visión velada.
Todo lo que era forma consumada,
imagen tuya es. Presencia ardiente.
Dígalo dulce voz o son doliente,
no eres a la memoria enajenada
prisión, eres el alma libertada,
gozosa de estar libre eternamente.
No es que seas olvido, eres adiós:
al vano pensamiento. Ardor, desvelo.
enamorado vuelo a su destino.
No eres el dios caído, no eres sino
santa duda cayendo de su cielo:
reino que guarda el hálito de Dios.

Pablo Armando Fernández, Las  Tunas,Cuba
Premio Nacional de Literatura, 1996.
Del libro: Que traje de la costa y del oleaje
Publicado en la revista Carta Lírica 40

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