jueves, 19 de julio de 2012

LA YUGADORA


Laboraba en la fábrica Langosta,
ganaba un sope veinte la jornada.
Pero chiva del todo, mina posta,
largó, como otras tantas, de estufada.
Chapó el trocén y se metió en la noche
piantándole al yugar de aparadora.
Rochepu... Tropezón... bacán con coche,
pal gil tuvo su clase añapadora.
Que iba a pensar que la tasuer de chanta
la encanaría de marroca fiera
con el final que espera a toda ranta.
Con un yogaba’e ropa le dió el chanta,
espiró de la saca y la fulera
pa revolear la vida a la marchanta.

Del libro La Musa Mistonga de JULIÁN CENTEYA -Italia/Argentina-

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