... En el siglo XXI, en
la era de la globalización hay que seguir una hoja de ruta en todos los órdenes
sociales para no perder el Norte vital y no pisar sobre arenas movedizas que
nos puedan chafar nuestros proyectos entusiastas que el futuro nos traerá y
lograremos el éxito si tenemos una base sustentadora para que ese proyecto
arraigue en la sociedad y dé sus frutos en un plazo corto o mediano.
Los políticos
también quieren llevar su hoja de ruta para aprobar leyes, que apoyan sus
respectivos partidos y si puede ser por consenso mejor y si no por decreto-ley
o por mayoría absoluta en el Parlamento y ante cualquier crisis política y
económica siempre se forma un gabinete de crisis urgente por parte del
Ejecutivo gobernante para tratar de solucionar el problema lo antes posible,
con los interlocutores sociales pertinentes para dialogar y aunar posturas y
que todo vuelva a la normalidad en el más breve plazo posible.
También las personas
anónimas llevamos a cabo nuestra propia hoja de ruta personal, con nuestros
proyectos, nuestros sueños e ilusiones, con nuestros aciertos y fracasos, todo
forma un conglomerado en nuestro currículum y devenir personal que vamos
acumulando y que ya forma parte de nuestra historia personal, única e
irrepetible.
Las empresas llevan su
hoja de ruta al extremo planificando con antelación la evolución del mercado,
la captación de posibles clientes y la expansión a otros mercados de países
emergentes en los que invertir y lograr réditos comerciales invirtiendo en
maquinaria, con el menos número de trabajadores posible y si la empresa
comienza a ir mal por cualquier contingencia, hacer un ERE y sacar a la empresa
de su crisis financiera y reportar dividendos a los accionistas… verlo, para creerlo…
Juan Montero Lobo “Visnú” -Segovia-
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