La ermita de Santa Ana,
la casa Consistorial,
siglo diez y ocho, igual
su viejo casco engalana...
Histórica, se desgrana
desde la Villa. En la ruta
que el transeúnte disfruta,
adorando estos lugares,
que hacen espectaculares
el ave, la flor, la fruta…
Guriezo, para llegar
después del Acantilado
cantábrico, tiende a un lado
posible de continuar
Río Seco, atravesar
para llegar a la ermita
de Santa Isabel Bendita,
–del río Aguilera en el puente–
que hace punto confluente
si es que llegar necesita.
Esther Trujillo García, San José de Las Lajas, Cuba
Del libro: Poesía decimista en Liébana, España
Publicado en la revista Carta Lírica 40
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