domingo, 15 de julio de 2012

BREVERÍAS


2671 


Te olvidaría un día si lograra
dejar de balbucir tu nombre en medio
de mis sueños nocturnos, o templara
mis impulsos de amante sin remedio.

Mas no sé hacerlo, y esa es mi condena,
vivir sin ti, pero también contigo,
aherrojado a la ilógica cadena
que aún me une a ti, mas sólo como amigo.

2672


Baila, mujer; y airosa balancea
caderas, hombros, cabellera y brazos
en torno de este amante que se inflama.

El instinto que incitas clamorea
por romper las amarras, y a zarpazos,
si bien gentiles, deshará tu cama.

2673 


¿Dónde estarás, la del primer contacto?
¿Por qué mundos de olvido me has perdido?
Visito tantas veces aquel acto
de doble ingenuidad, medio prohibido,
sin técnica, ni súplica, ni pacto,
primera campanada del sentido.
Vuelvo la vista atrás, y es mi sonrisa
fresco y suave aleteo de la brisa.

2674 


Tanta prisa contigo, yo que intento
prolongar cada instante luminoso.
¿Cómo puedo hacer todo cuanto siento
con el tiempo a compás vertiginoso?

Apenas llego a ti, y el reloj vuela,
dardo ligero, potro desbocado.
Ay, que apenas mi instinto se rebela,
y ya debo partir de tu costado.

2675 


Sigo en el anaquel de tu memoria,
trofeo inútil, libro no leído,
con tanto de que hablar.

Viva voz, relatando vieja historia
que, si no muerta ya, se te ha dormido,
y ya no te interesa despertar.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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