Antes que la memoria anude
Su punzante selva de reflejos
Sabíamos
Entre la vocal de los alpes y la consonante del mar
Cuando de un grumo de sal y de viento
Alguien nos condujo a su casa
Al lento anochecer los flancos de la colina
Donde el sol posaba su triste polvo
Sobre los laureles y los olivos y dormía
La vid sobre las pérgolas de próximos sueños
Y zarparemos de nuevo hacia el claro origen
Hacia una tierra ultramarina que aviva
Nuestro fuego y allí regiremos
En el final y en el principio
Giancarlo Micheli (Italia) (traducción de Silvia Longohni)
Publicado en la revista La Urraka 29
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