Amiga, nunca lo sabrás, pero te echo de menos.
No he conseguido olvidar todos nuestros buenos ratos. No sé cómo se rompió aquel lazo que nos unía, pero así fue, se hizo pedazos o lo hicimos pedazos.
Imaginamos tan distinto nuestro futuro cuando éramos niñas que hoy no parecemos las mismas personas.
A veces, pienso que si nos sentáramos la una frente a la otra, no haríamos más que sonreír y ponernos al día. Yo me sentiría como aquella niña que fui. Sería como si el tiempo no hubiera pasado.
Qué lastima que el tiempo sí haya pasado. Qué lástima que hayamos vivido muy alejadas desde la útima vez que nos despedimos. Qué lástima que nos despidiéramos, para siempre, sin saberlo.
Adiós, de nuevo, amiga.
Publicado por
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO (Castelldefels) en su blog dondehabiteelolvido-airama
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