A esta hora parte mi nostalgia
y no sé a donde.
Pido silencio,
para dar contigo.
He de hacer de mis pies la tarde,
y lo demás que esté a salvo.
Hallé tus labios en una señal de tránsito
ausente y polvorienta.
Pido silencio,
ahora bebo mi terquedad
y nadie sitúa su mano sobre la asfixia.
No creo que el viento establezca sus reglas,
ahora que estoy a oscuras
sentadas sobre mis dedos,
sin contar las palomas que me faltan,
sin ver el humo que acaricia sus ojos y los hace
llegar como un ruido.
Ya no hay nadie, tras el vaho de la puerta
estoy yo y mis migajas,
haciendo el silencio
desde el fondo de la huida.
YELENA LORENZO CASTAÑEDA -Cuba-
DE FACEBOOK - 5749 - EQUILIBRIO Y EVOLUCIÓN
Hace 2 horas
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