A UN ÓLEO DE QUIQUE SANTANA
Por los suelos esparcidas
las ropas del robledal,
entre los riscos desnudos
se posan a descansar.
Como mariposas luego
en su ascenso vertical,
vuelan a los cuatro vientos
sin rumbo y con libertad
perdiéndose en la distancia
sin echar la vista atrás.
Llega el invierno, se mueren,
estiercol se hacen y dan
su alma como alimento
para que vuelva a brotar
la planta que haya bebido
de su fuente sinovial.
¡¡Qué bendición de paisaje
tu pincel nos trae acá!,
¡ y qué mano lo condujo
trayendo el tinte detrás!!
MANUEL MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO -Ciudad Real-
DE FACEBOOK - 6141 - ESPABILAR
Hace 3 horas
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