Te levantas,
a empujones las pesadillas,
y el gris de tu sonrisa te saluda
restregado en el tul.
Y das un paso adelante
arrinconando en el armario de hiedra y mimos,
los tigres,
los tirios
y troyanos.
Y en el florecer cuando sonríes,
esta vez sí,
el buen cierzo te saluda.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
viernes, 20 de abril de 2012
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