Se cuenta que los años maritales
mas la diaria coexistencia,
enrarecen, sofocan y extinguen
ambas partes del amor.
Abandonamos los mutuos halagos
de los sutiles días de noviazgo,
olvidamos ese cómplice celo
que armonizaba las miradas y los gestos.
Que cedimos al olvido la dulce persecución
de caricias, manos traviesas
risas, erotismo e instintos.
Debemos saquearle al pasado las imágenes
de aquel idílico cortejo,
y que la turba mohosa de esta aflicción presente,
se escurra de nosotros
como la arena de un tórrido desierto.
Huyamos sin demoras este día,
armemos con trabucos nuestro ser
y cacemos sin demoras,
ambas partes fugitivas del amor.
Vistamos nuestros cuerpos
con los atuendos de la boda,
abramos nuestro álbum
y celebremos con los ojos,
vivamos con imagen y evocación
la intensidad de las orquídeas,
el diáfano lago y la miel.
Ignoremos los años maritales y la coexistencia,
no será nuestro amor sofocado o extinto,
seremos desde hoy,
cómplices en miradas y gestos, en caricias de manos traviesas,
en risas, erotismo e instintos.
MIGUEL ÁNGEL FIGUERRAS GIMÉNEZ -Argentina-
DE FACEBOOK - 5627 - MERECIDO TRIUNFO
Hace 2 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario