Quise traerte desde Buenos Aires
para sentarnos en la mesa
preferida por todos
y acudir al nacimiento de cada madrugada.
No es a la tercera la vencida
si no a la cuarta me dijiste
al abrir el último botón de mi chaleco.
Decían que un hombre y una mujer
no podían seguir de espaldas en la arena
que dentro de nosotros se esconde un animal.
Algún día vendrás a dibujar mi silueta
en las orillas
nadie sabe conquistar las nuevas estaciones
con un disfraz antiguo.
Compraste mi tristeza
has podido salvarme.
Este viernes
toda la libertad nos pertenece.
ELMYS GARCÍA RODRÍGUEZ -Cuba-
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