Ahora
Me quedo en el presente, porque es vida;
los recuerdos no laten, son retratos
colgados en el polvo, garabatos
cuya interpretación sobra o se olvida,
remos flotantes de galera hundida,
más que verdor geológicos substratos.
Y el futuro me acosa de inmediatos
posibles que aseguran su venida.
He aprendido del tiempo que no existe;
no es la inmensa cadena que consiste
de innumerables vivos eslabones.
Es sólo un punto indivisible, ahora,
y tanto quien previene o quien añora,
deja escapar la vida a borbotones.
Su amor, un juego
Te has arrancado la memoria, el brillo
retozón y sensual de la mirada
al escuchar su nombre, tan callada
y enérgica a la vez, brisa y rodillo.
Te has vuelto áspero enredo; el suave ovillo
que eras a su perímetro adosada,
es brusca adversidad enmarañada
en el dorado cerco de su anillo.
No estás hecha de luz y de rumores
como instauró en tu espíritu en mejores
o más festivos tiempos; estás sola,
con la sangre que fuera adagio y fuego,
muda y helada ya, su amor un juego
en cuya pira tu alma no se inmola.
Dile adiós
Abdica el llanto del amor deshecho;
si víctima te viste, ya no lo eres.
¿Por qué a ti mismo irracional te hieres?
¿Qué resuelven cuchillos en el pecho?
Si alguien comparte lo que fue tu lecho,
que lo disfrute mientras dura; hay seres
que más que propiedad, son alquileres:
Vienen y van, y están en su derecho.
La vida es más camino que posada;
Cuida de disfrutar de tu jornada
en el momento en que la desempeñas.
A quien vaya contigo, da la mano,
y a quien se pierda por el altiplano,
dile adiós, que no encaja en lo que sueñas.
Me urge un trasvase
Voy en busca de vidas, tan abierto
como el amplio paisaje castellano;
terciopelo en la palma de la mano,
miel en los labios, y alma al descubierto.
Voy en busca de vidas porque he muerto
en lo más hondo de mi ser humano,
aunque mis pies avancen por el llano,
y aunque clame mi voz en el desierto.
Me urge un trasvase de inquietud, de brío,
para purificarme del hastío
que me atrofia las fibras de la mente.
Venid a mí, ya espuma o dinamita,
quienes con sangre habeis dejado escrita
una historia de amor incandescente.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Angeles-
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Hace 12 horas
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