RONDARonda, bella desconocida,
como águila de piedra,
te asomas a la Sierra,
me das tu luz y tu aire puro
y me dejas entre tus calles de piedras
hundido en un silencio profundo
pues sobran las palabras
cuando la hermosura es excepcional
y nos envuelve sin hacerse notar.
Soñar en Ronda es lo normal.
No hay más que asomarse al Tajo
y ver como el Guadalevín, reptando silencioso,
va abriendo en las piedras heridas que no cierran.
Si cierro los ojos un momento
escucho el galope de un caballo,
el lento caer del agua de una fuente,
aplausos y olés enfervorecidos
o el golpear del viento contra las piedras.
Cuando abro los ojos la fuente
es lo único que está,
las otras cosas se perdieron en el tiempo.
Ronda, callada y bulliciosa,
que mira al abismo y a la Sierra;
Ronda, vieja y moderna,
que no se detuvo en el tiempo;
Ronda, déjame soñar.
JOSÉ LUIS RUBIO
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