DIARIO DE UN POETA ENAMORADO DE LA VIDA
¡ La vida es bella!, bueno utilizamos esta expresión a menudo para significar que a pesar de todos los problemas cotidianos y mundanos que nos ocurren a diario y que nos trastocan nuestros sueños y utopías más veces de las que quisiéramos. La vida hay que vivirla con intensidad, porque yo soy vitalista y algo ateo y creo o sospecho que después de la vida terrenal nos podemos encontrar con la NADA eterna, aunque eso es algo personal y entra de lleno en la fe y en las creencias de cada individuo social.
A medida que vamos madurando todos decimos y nos expresamos diciendo lo rápidos que se pasan los días, los meses y los años, el tiempo es imparable y su tictac no perdona a nadie… y a medida que vamos cumpliendo años ganamos en sabiduría, nos vamos tranquilizando, dejamos el estrés atrás, las tensiones de los años jóvenes y entramos en una etapa de “balsa de aceite” y nos “aburguesamos” y eso es peligroso. En el cambio perdemos la inocencia, las ilusiones, las fantasías de los años jóvenes, ya no improvisamos las cosas, sino que las pensamos concienzudamente antes de hacerlas, hacemos un sondeo interior y valoramos los pros y los contras, no dejamos nada a la improvisación y después actuamos.
Ambicionamos las cosas materiales que la mayor parte de las veces nos producen un vacío tremendo, aunque nos vemos arrastrados por la publicidad que nos bombardea e influye sobremanera en nuestras vidas tristes y aburridas. La vida hay que vivirla intensamente, porque si dejamos pasar los días sin ton, ni son, sin aprovecharles, quizás un día nos demos cuenta y ya sea demasiado tarde para rectificar o dar marcha atrás, aunque como dice el refrán castellano “nunca es tarde, si la dicha es buena” y a veces ocurre de improviso que al lograr hacer realidad un sueño utópico se despiertan nuestros sentidos dormidos y la vida se vuelve maravillosa…
Juan Montero Lobo “Visnú” -Segovia-
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Hace 4 horas
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