EN ESTE RINCONCITO DEL PARAÍSO

Aguas que multiformes y turbulentas
aunque ya claras bajan de las montañas;
cantando su canción entre los peñascos,
con nostálgicos vértigos de olvido.

Ruedan arrastrando melodías de bullangueras mariposa,
aguas que arrastran el numen de la fértil montaña;
que bajan con un tropel sonoro de cascos,
de veloces caballos desbocados.

Quizás traidoras en su ignota melancolía
aguas, dulces y frescas, la gran belleza e inspiración
de alegres trovadores y soñadores poetas;
que tras la melodía del ruiseñor que anida en la rivera.

Aguas que me regalan ese rumor que acaricia mis oídos,
con la halagadora vida serena de las montañas;
aguas hermosas, quizás de los olvidados,
bullangueras que alegran a mis entrañas.

Preñas con tu belleza a mis oídos,
a mis ojos secos los los bañas con tu belleza;
y de mi alma seca se escapan grandes suspiros,
pues eres la sangre de la naturaleza.

Mujer ven a este paraíso, y bésame como tu besas,
aquí nada turba nuestros corazones;
con tus labios ardientes y rojos como dos fresas,
con ese sabor agridulce de los limones...

RAFAEL CHACÓN MARTEL