martes, 2 de octubre de 2018

DESTRUCCIÓN


Érase una vez un mundo
que sin saber el porqué
ni quién su padrino fue
TIERRA pusieron de nombre.

Tan bella y hermosa era
que Júpiter y Plutón
hasta las armas llegaron
para conseguir su mano.

Ella, que era muy coqueta,
con Neptuno y con Urano
y el resto del planetario
jugueteaba a su vez.

Era tan bella la Tierra
tantos dones la adornaban
que todo el que la miraba
caía en sus redes presa.

Tenía mares de ensueño,
ríos y lagos tan limpios
que en sus cristalinas aguas
la belleza de las flores
se quedaba reflejada.

Montañas, selvas y bosques,
árboles, flores, llanuras,
fauna hermosa y tan variada
luz, color, belleza y vida
era esa Tierra divina.

Pero un día llegó el hombre
el Rey de la Creación,
prepotente, fuerte, duro
y… todo lo destruyó.

Hubo guerras sanguinarias
que muerte, miedo y dolor
por donde pasó… dejó.

Mares, montañas y valles
contaminados quedaron,
allí los peces morían
las montañas se asfixiaban
y las flores perecían.

Ya no era la Tierra un vergel
ya no era “La Divina”,
y Júpiter y Saturno
Marte, Mercurio y Plutón
las Galaxias y la Luna,
lloraban de rabia y dolor
al ver lo que había hecho
“EL REY DE LA CREACIÓN”

Carmen Adelantado

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