Las pisadas, escalones que son la historia de dos ciudades.
Una de ellas es un arco iris en la boca de una ninfa.
La otra es la cicatriz en la yugular de la violencia.
Las pisadas huyen si se encuentran.
Por no morir en un vagón vacío.
Por no olvidar sus raíces pegajosas.
Las pisadas, las huellas de los días.
Cuándo son sombras se convierten en paredes de colores.
Cuándo se ciegan son la negación de la evidencia.
Las pisadas, días como botellas vacías.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
DE FACEBOOK - 6187 - UN POCO MÁS ARRIBA DE LA PICOTA
Hace 10 horas
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