Inadvertidamente, como llega
la muerte o el otoño (un roce apenas,
casi un rumor o un frío por las venas)
así, tristeza, vienes. Se me anega
de ti mi corazón. Se me despliega
tu aroma por mi piel y hasta me llenas
de antiguas añoranzas, de serenas
memorias olvidadas. Y en mi ciega
renuncia a lo pasado, me acompañas,
tristeza, dulcemente. Yo no quiero
perderte ya jamás. Sé necesario
tu beso en mis heridas. ¡Me restañas
tanto abierto dolor! Contigo espero
llenar mi corazón de solitario.
Del libro NACIMIENTO A LA MUERTE de RICARDO J. BARCELÓ -Marruecos-
1º Premio, XV Certamen de Poesía Searus, 1992
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Hace 10 horas
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