Para Ana Danich
¿Quién lee?
¿El ojo callado
vergonzoso, que ha visto las humedades secretas
el verdor de todos los planetas que habitabas?
¿El ojo que ha callado mientras
las aguas turbias salpicaban el vientre de los muros
el corazón de las ciudades?
¿El ojo que fue testigo de aquel instante
donde la sangre inauguraba ceremonias?
¿Quién lee?
¿La lengua que no puede contener
la vorágine de ideas que ruedan por su mullido lomo?
¿La lengua que ha vertido
palabra por palabra los filos
donde nos arrepentimos?
¿Quién lee?
¿El inescrutable cerebro, la memoria
el arquetipo de hombre que piensa
y equivoca el paso en la constante podredumbre?
¿El cerebro y su máquina magnífica
su multitud de hilachas madrugadas
en el soliloquio que se cree poesía?
¿Quién lee?
¿La mano que pasa las páginas
y que recuerda en su ancestral memoria
cada mínimo tornillo, cada hueco
cada cuerda que ha pulsado,
el encanto de su tibieza mojada, su inocencia?
¿Quién lee?
¿El recuerdo del abuelo leyéndole a mi infancia,
sus amores malogrados?
¿Quién lee?
¿Ese niño que temblaba
mientras el papel lo sostenía
en escenario imposible? ¿Su guardapolvos?
¿Su madre escrutando la evanescente infancia?
Sí.
Ese niño
lee
todavía.
Raúl Feroglio -Argentina-
Publicado en la revista Con voz propia 52
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