¡Qué bonitos los pecadores errantes,
qué vehementes!
Corazones asolados,
encontrados en la dicha
y la alacena.
¡Qué bonita la sal de tus labios,
qué remedio!
Descubrirse al otro lado,
sin velos que tapan,
sin mundos careta.
¡Qué bonito el aguacero que armaste,
qué consciente!
Aprender a amarse,
a las duras y maduras,
por la izquierda.
¡Y qué bonita luce ahora tu mirada,
qué alegría!
Danzar en la madrugada,
libre y suelta;
tú eres más bonita.
Mytself Poetry (TANIA MATÍAS)
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