Un 26 de Julio abriste los ojos a la vida.
Un 10 de Agosto se cerraron.
Padre, la muerte navegó ríos de tiempo
Y hoy recorro con mi pensamiento, los
Surcos que marcaron los años en tu rostro.
Lo acaricio, aprieto tu mano con el amor
De hija, con el dolor de mujer que perdió
Una gran vida.
Fuiste la fuerza dónde creció la mía; fuiste
Mar dónde aprendí bravura y calma; fuiste
Panal dónde robé la dulzura.
Tus ojos, cuencos sin luz, tu boca tapiada
Con el último aliento. La esencia descama
Sus alas, cruza el umbral a lo infinito y así
Van doblando los recuerdos. El camino es la
Oscuridad dónde las formas se desvanecen.
Se acalla el cencerro humano, las lágrimas
Son en ese instante, el cáliz dónde el frío de
Tu rostro se conjuga con la calidez del labio vivo.
Alicia Beatriz Gorospe -Argentina-
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