Llueve.
Nos olvidamos de cobijar las alegrías
y ahora la humedad las enmohece
y andan por los cuartos tiritando
Las veredas son ahora ríos
y al amanecer debemos buscarlo
desmalezando la bruma a machetazo limpio.
Llueve.
En las escuelas expuestas bulle el clima
y retozan niños y esperan hombres
a quienes les sale del pecho brotes
para bendición del cántaro.
Con los pies en el agua somos cebollines
verdes de coraje duro, y en las almas irritadas
el salvaje aliento de junio
reniega incesante.
HUMBERTO HAUFF -Argentina-
Publicado en Gaceta Virtual 126
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