Tu jardín, ya crepúsculo de tiza,
esperando de amores la sequía,
la fuente, temblorosa en su agonía,
de besos al amor ya no bautiza.
Y un silencio de luna que aterriza
sobre la luz, que al tiempo desafía.
En calles de paredes encaladas,
Presas son, mis lágrimas enlutadas.
María Jesús Zaldívar Navarro
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